Desde el área de personas mayores de Intress podemos ofrecer el balance de un importante viaje de inmersión a la ciutart de Zúrich, que es considerada una de las de más calidad de vida del mundo occidental. A lo largo de 4 días, nuestra compañera Catalina Pons pudo tomar parte en las actividades de descubrimiento de diferentes residencias y centros de día, una forma de profundizar en el trabajo de personas que trabajan como nosotros para atender a personas mayores, a menudo con diagnóstico de demencias o necesidades específicas.
De los datos más relevantes que emergen después del viaje, destacamos que los centros están cada vez más especializados y que trabajan para unidades de convivencia. Igualmente, siguen el modelo de Atención Centrada en la Persona en diferentes niveles. Las plantas, los animales y las fuentes de agua son una parte a considerar dentro del centro, y, muy importante: para evitar un control permanente hacia los residentes utilizan las nuevas tecnologías: sensores de cama, de movimiento, control de errantes, de forma que se garantiza la seguridad e integridad física pero sin resultar invasivos hacia la persona.
A lo largo de las visitas realizadas pudimos constatar cómo los colores en los diferentes espacios, la presencia de plantas y animales de compañía o la existencia de estímulos variados los corredores provocan un efecto muy notable sobre el estado de ánimo y la convivencia en los espacios. Del mismo modo la luz natural, la conexión con el exterior y el hecho de dejar espacio a la espontaneidad también se sitúan como elementos suficientemente relevantes. Una de las ideas más repetidas ha sido que las personas que hacen la atención deben ser capaces de entrar dentro de la realidad de las personas con demencia, y contar que ellas se sienten autónomas, porque así lo viven ellas.