Entrevista a Concha Méndez, directora del Centro de Día para mujeres Ayaan Hirsi Ali (versión extendida)
Concha Méndez lleva 16 años al frente del Centro de Día para Mujeres Ayaan Hirsi Ali, un centro de la Dirección General de Igualdad de la Comunidad de Madrid gestionado por Intress. El pasado 25 de noviembre —Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer—, el centro recibió un reconocimiento de la Comunidad de Madrid por sus 25 años atendiendo a víctimas de violencia machista y en riesgo de exclusión social. Anteriormente, Concha Méndez estuvo 6 años como directora de un centro de emergencia de la Red de Atención Integral para la Violencia de Género. Es trabajadora social, socióloga, politóloga, coach certificada y especialista en prevención de violencia machista.
En toda esta larga trayectoria de 22 años dedicada a la atención a mujeres ¿has visto alguna evolución de la violencia machista?
Sí, desde que empezamos, ha evolucionado considerablemente. Se ha hecho mucho trabajo y se ha invertido mucho dinero. Esta problemática ha pasado a formar parte de la agenda de las administraciones y de las y los políticos. Creo que hemos tomado conciencia de que este es un problema que afecta a toda la sociedad. Al principio, por ejemplo, se cuestionaba mucho los testimonios de las mujeres, incluso se les recomendaba que volvieran casa después de haber denunciado y arreglaran los problemas con su pareja. Eso ahora es impensable.
A lo largo de todos estos años hemos ido consiguiendo muchos objetivos. Antes teníamos que pelearnos con la policía para que diera cobertura a las mujeres en estas situaciones. Ahora, policía, juzgados, profesionales de sanidad y educación… todos y todas estamos en el mismo lado y en contra de la violencia. La sociedad se ha ido sensibilizando y tomando conciencia. Creo que hoy tenemos claro que hay una sociedad patriarcal que sustenta la violencia y que hay que luchar todas y todos juntos, porque si no, no hay forma de resolverlo.
A pesar de ser un tema del que se habla más abiertamente y que ha evolucionado positivamente en los últimos años, ¿has detectado algún sector de la sociedad que se haya puesto a la defensiva?
Cuando te enfrentas a una situación que ha estado sostenida durante siglos, siempre va a haber alguien que se resista, siempre va a haber un enemigo recalcitrante, machista y xenófobo que se oponga, pero yo creo que cada vez son menos y tienen menos argumentos. La evidencia existe. Desgraciadamente, los datos son tozudos e impactantes, especialmente en este diciembre negro en el que llevamos 11 mujeres asesinadas. Las mujeres en todo el mundo han sufrido y siguen sufriendo violencia. Actualmente en Irán, México, Afganistán… Es un fenómeno que existe en todos los países y negarlo es un poco absurdo.
¿Qué sientes que has aportado a lo largo de todos estos años de trabajo en el ámbito de la atención a las mujeres?
Me siento muy orgullosa del trabajo realizado en este centro y en el anterior. No yo como persona, sino como equipo. Hemos atendido en todos estos años a más de 4.000 mujeres. Tenemos el agradecimiento y el reconocimiento de ellas por el trabajo realizado… y eso es lo más gratificante. Evidentemente, no todas las situaciones se han resuelto favorablemente, pero, las mujeres siempre han encontrado aquí el apoyo y el acompañamiento, y creo que eso es motivo suficiente para sentirse muy satisfecha.
A nivel individual, me siento muy orgullosa de algunos escritos que he realizado o temas que he investigado. Por ejemplo, el referente a la violencia de género por poderes que mi compañera Susana y yo hemos ayudado a hacer visible. Siempre hemos encontrado en Intress el respaldo a todo lo que hemos querido hacer. No nos dedicamos solo a la atención a las personas, también reflexionamos sobre el trabajo que hacemos y contribuimos a visibilizar situaciones, necesidades y riesgos que han podido pasar desapercibidos.
Por ejemplo, al principio, cuando empezó a generarse la red de atención a las mujeres víctimas de violencia machista, no se tenía en cuenta las necesidades de atención de los y las menores, no se valoraba que necesitaran apoyo. Gracias al trabajo realizado desde los distintos equipos profesionales y con el apoyo de la Administración, se ha conseguido que los y las menores reciban atención psicológica, ya que muchas veces también sufren esta violencia o son testigos de ella.
Tampoco antes se tenía en cuenta a las mujeres mayores de 65 años que podían llevar 40 años aguantando violencia, o mujeres con discapacidad que tienen más limitaciones a la hora de solicitar ayuda o acceder a los recursos. Todos estos son problemas para los que debemos tener una mirada interseccional, con el fin de brindar las ayudas necesarias a cualquier grupo sean cuales sean sus características: edad, raza, discapacidad, etc.
Según los datos facilitados por el Ministerio, la mayoría de las mujeres asesinadas no habían denunciado antes. ¿Por qué crees que sucede? ¿Hay desconfianza en el sistema judicial?
A partir de la Ley Orgánica 1/2004 de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, se ha judicializado mucho este tipo de procesos y eso ha tenido un impacto en la vida de las personas. Muchas mujeres no denuncian porque la respuesta judicial no es suficientemente rápida o no resuelve el problema como a ellas les gustaría. Son situaciones muy complejas y difíciles para las mujeres ya que supone denunciar al padre de sus hijos, quizás quedarse en la calle sin vivienda y sin ingresos… Toda esa carga hace que muchas no denuncien. A veces, también hay una falta de acompañamiento a la mujer en todo este proceso, muchas no entienden el lenguaje jurídico.
Han pasado casi 20 años desde la LO 2004 y creo que merece la pena replantearse todo el sistema, hacer un análisis profundo de todo lo que se ha hecho, valorar el impacto y los resultados e incorporar nuevas ideas.
Según el último informe sobre violencia de género y doméstica del Instituto Nacional de Estadística, la adolescencia fue el rango de edad en el que más aumentó el número de denunciados en 2021 respecto a 2020, un 70,8%. También es el grupo en el que más ha crecido el número de víctimas, un 28,6%. ¿Por qué está aumentando la violencia entre los más jóvenes?
Toda la sociedad está evolucionando, la gente joven también. Podemos encontramos con chicas que han tomado posiciones de empoderamiento y que no están dispuestas a someterse a comportamientos machistas y chicos que no necesitan recurrir a comportamientos dominantes para reforzar su imagen. También hay chicas que basan su relación de pareja en el amor romántico y que idealizan esas relaciones sin ser conscientes de lo que supone realmente el control, los celos y la posesión que ejercen sus parejas sobre ellas y al final se ven atrapadas en relaciones muy tóxicas. Todo esto lo unimos con la irrupción de las redes sociales, la música actual, el fácil acceso a la pornografía a edades muy tempranas, pues ya tenemos el cóctel perfecto.
Y lo más importante: la educación. Es lo único que puede salvarnos. Los niños y las niñas deben recibir una educación basada en la igualdad, el respeto, la expresión de los sentimientos, la gestión de las emociones y asertividad. La violencia está en todas partes, en conductas, en chistes, en bromas, en cosas muy sutiles que hemos llamado micromachismos. Todo esto refuerza comportamientos que pueden acabar en violencia. El respeto debe estar por encima de todo.
En el Centro de Día para Mujeres Ayaan Hirsi Ali, ¿cuáles son las acciones que lleváis a cabo más valoradas por las mujeres? Según tu opinión, ¿qué podemos hacer como ciudadanos para actuar contra esta problemática?
Todo el trabajo que hacemos con cada mujer a nivel individual es un éxito. A medida que ha ido mejorando su sintomatología y se ha ido acercado a una situación de equilibrio emocional, hemos aclarado sus dudas o acompañado en su proceso… todo esto son éxitos. Cuando se cierra un caso por objetivos cumplidos, me siento muy orgullosa del trabajo del equipo.
Por otro lado, toda la parte lúdica es muy importante para ellas porque muchas no tienen red de apoyo y no frecuentan actividades de ocio. Tienen mucho éxito las fiestas interculturales. Actualmente tenemos 28 nacionalidades distintas y mezclarlas y, conseguir que funcione la relación entre ellas, es un éxito grande para este tipo de centros.
En cuanto a lo que podemos hacer: ser proactivos y proactivas. Cada pequeño gesto es importante, cuando soy testigo de un comportamiento machista, actúo, no me callo, me implico o pido ayuda. Esta lucha la debemos llevar al día a día.
No hay que pelearse con nadie, simplemente dejar solas a aquellas personas que tienen un comportamiento inadecuado hasta que ellas mismas acaben reflexionando y reconduciendo su actitud. Convencer es vencer.
¿Recomiendas algún libro, escritora, película, documental, artículo que consideres imprescindible para comprender la problemática de la violencia machista?
Me viene a la cabeza la película En tierra de hombres. Pero más que fijarnos en lo que le pasa a la protagonista, que es lo más fácil, es interesante ver las relaciones y reacciones de todo el entorno. Cómo se posicionan las diferentes personas. Cómo responde la policía, la familia… creo que eso es lo que debemos mirar. El caso concreto ya lo vemos en la tele: una agresión, una violación, un asesinato… pero ¿qué ha pasado en ese entorno? ¿Cómo se ha llegado a esa situación? Es interesante tener una mirada holística.
Y en relación con los textos, recomiendo el de Violencias Invisibles: de lobos y caperucitas que hemos escrito entre varias compañeras y que ha sido publicado por Intress. En referencia a autores, sugiero a Enrique Echeburúa, que nos ha enseñado mucho a todas sobre violencia de género. Entre sus libros más relevantes se encuentra Manual de violencia familiar escrito junto a Paz del Corral. Para mí ha sido un texto muy valioso a lo largo de estos años y lo he consultado muy frecuentemente. Para acabar, recomiendo Comprensión del maltrato en las relaciones de pareja de Olga Barroso. Es una lectura sencilla y clara que me ha gustado bastante.
Conoce a Concha Méndez con un cuestionario de lo más personal…
¿Mar o montaña? Montaña
¿Tienes mascota? No
¿Qué querías ser de mayor cuando eras niña? Profesora
¿Con qué personaje histórico cenarías? Teresa de Calcuta
¿Qué cambiarías en el mundo? La violencia machista
¿Qué superpoder querrías tener? El de dar pellizcos a algunos
¿Cuál es tu plato favorito? El cocido
Un libro: Intemperie de Jesús Carrasco
Una película: El lado bueno de las cosas
Un hobbie: Leer
Juguete favorito: Una muñeca antigua que tengo en casa
Un o una referente: Mi compañera Susana Álvarez Buylla
Una ciudad: León
Una canción: I Still Haven’t Found What I’m Looking For de U2
Defínete, en una palabra: Responsable