CARTA PARA ESTE 5 DE DICIEMBRE, DÍA DEL VOLUNTARIADO

30 noviembre 2020 | Intress

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Nadie la esperaba, nadie la deseaba, nadie la había presentido, pero llegó a invadirlo todo como una espesa y amenazadora niebla que difuminó el cuerpo y el espíritu de todos los seres de la Tierra, sus vidas, sus ilusiones, el curso de sus días, su salud personal y la de su entorno familiar y social. Muchos de ellos perdieron sus personas queridas, parientes, amigos, vecinos… Los laceró sin piedad echando sal en las heridas que había abierto en sus carnes y en sus almas.

También frenó el ritmo de las actividades cotidianas, cambiando el modo de realizar la vida diaria y la forma de enfrentarse a todos los retos y problemas pequeños y grandes. El tiempo pareció pararse como si el planeta hubiera decido interrumpir su marcha en el espacio sideral. En el ominoso silencio de las ciudades y lugares de reunión sonaban de manera preferente tenebrosos términos, unos conocidos y otros de nuevo cuño: pandemia, coronavirus, Covid-19, mascarillas, gel protector, lavado de manos, confinar, cuarentena, test de antígenos, PCR, confinamiento, estado de alarma, morgue, primera ola, desescalada, segunda ola, contagiados, muertos, sanitarios, respiradores, UCI, UCI, UCI… Las restantes palabras que expresan alegría, esperanza, diversión, acercamiento, quedaron relegadas casi al olvido, esperando tiempos mejores ocultos en un horizonte incierto.

A los miembros del voluntariado de Intress también nos llegó la pandemia sin hacer distinciones: A 13 de marzo éramos 105 voluntarios, entre mujeres y hombres, los que estábamos colaborando con entusiasmo en los centros, dando lo mejor de nosotros y recibiendo a cambio el hermoso regalo de la respuesta, el afecto de las personas atendidas y el aprendizaje sobrevenido.

A partir de ese día, todo sufrió un cambio radical y doloroso: Perdimos la cercanía con las personas atendidas y tuvimos que aparcar para un mejor momento nuestros deseos de ayudarlas presencialmente. Bueno, a algunos voluntarios y voluntarias no les afectó, porque tuvieron la fortuna de poder continuar colaborando, ya que las especiales características de su actividad se lo permitían, siempre que cumplieran las ineludibles normas impuestas por los preceptos oficiales.

Hablemos un poco de estas “afortunadas” personas voluntarias: En la Zona Norte, aquéllas, cuyos nombres desconozco, que apoyan en los centros de Infancia, siguen aún cumpliendo su cometido. En la Zona Este, algunas continúan ejerciendo su voluntariado, pero sólo en centros restringidos.
Las coordinadoras del voluntariado en las Zonas Norte y Centro se mantienen en la brecha, utilizando para ello los asombrosos medios tecnológicos.

Luis y su grupo siguen emiten en la radio comunitaria, los martes de cada semana, su magnífico programa “Mejor Imposible”, ayudándose ahora del Zoom, (¡bendita tecnología que nos permite hacer fácil lo difícil!), consiguiendo con sus emisiones mitigar la soledad, el miedo y el hastío de los oyentes confinados, poniendo un rayo de sol en la monotonía de su jornada.

Juan, el policía, entrena los viernes al equipo de fútbol disfrutando, en la medida de lo posible, de la libertad condicionada que ofrece su ejecución al aire libre.
Carlos, el jardinero, cuida como siempre las plantas que embellecen el ambiente de su CRPS de referencia, poniendo un matiz de alegría en el entorno.
María Elena y Andrea se han incorporado recientemente a un proyecto, en el que colabora el CRL Vallecas, de dinamización del barrio para el embellecimiento de sus balcones y ventanas. ¡Hermosa labor que puede dar muchas satisfacciones a los viandantes que tengan la oportunidad de contemplarlos!
Pilar continúa con sus clases de pintura en su CRPS, queriendo combatir así la tristeza y oscuridad de estos tiempos con el arma de sus pinceles que plasman la belleza en los lienzos y láminas de dibujo. ¡Un regalo para la vista y una sensación de serenidad para el espíritu!
Ahlam comienza su colaboración en un centro de la Zona Este, apoyando las tareas de gestión y de ocio. Próximamente, se incorporará una nueva voluntaria a realizar su tarea como linkavole, online, por supuesto.

Pero, el resto, ¡ay, el resto! se resigna a esperar pacientemente que la situación vuelva a ser la de antes para continuar realizando su voluntariado y así atender a la infancia, a las mujeres maltratadas, a los disminuidos intelectualmente, a los mayores en residencias y centros de día, a las personas afectadas por el mal de la enfermedad mental… A todas, todas aquéllas sobre las que recae de forma cruel el riesgo de la exclusión social.
Esos hombres y mujeres voluntarios han dejado reposar sus ansias de ayudarlas, de hacerlas sonreír, de aportarles su dedicación para que consigan ser más fuertes y seguras de sí mismas.

Esperan con ilusión que llegue el momento en que la sociedad reviva; de que las mascarillas no oculten la sonrisa y puedan ser arrojadas al contenedor más cercano; de que las palabras de aliento y de consuelo puedan ir acompañadas de un respetuoso acercamiento corporal; de que nadie pueda mirarlas con desconfianza cuando avancen medio paso en la fila del cajero o en el ascensor; de que no se vea ya salir de los colegios a una legión de estudiantes con su faz semicubierta por la obligatoria protección; de que puedan ver la expresión facial completa de las personas que las atienden en las consultas médicas, en los transportes, en los bares, en los comercios; de que sus cuerpos puedan ser enteramente libres; de que el sol brille para toda la humanidad con el mismo fulgor.

Podría enumerar muchos nombres de esas personas voluntarias, pero sería farragoso. Basten, como ejemplo, los siguientes:
Luis-Javier, Dinora, Ana-Isabel, Clara, Javier, Andreu, Juan Carlos, Jaume, Manuel, María, Soledad, Santiago, Montse, Vicente, Gorka, Aitor, Cecilia, Paqui, Trinidad, Carmen, Anna María, Carolina, Rosa María, Eulalia, Vicente, Nuria, María Jesús, Catalina, Víctor, Marta, Margarita, Martina, María José… En fin, hombres y mujeres en callada espera, los aludidos y los no nombrados, hasta alcanzar el número de 105, que realizaron con ilusión y ansias de ayudar su colaboración a comienzos del año en curso y que vieron cortadas sus alas un 13 de marzo de infausta memoria.
El Voluntariado de Intress está más vivo que nunca. Ahora calla, pero hablará con voz fuerte cuando todo esto haya pasado. Y ¡pasará! ¡Qué así sea!

UN TEXTO ESCRITO por PAZ VILA. Diciembre de 2020.

 

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VOLUNTARIADO Y RADIO EN TIEMPOS DE PANDEMIA

VOLUNTARIADO Y RADIO EN TIEMPOS DE PANDEMIA, en el Día Internacional del Voluntariado, 5 de diciembre. Linkavol os felicita por el Dia de los y las voluntarias. Este artículo cuenta cómo una acción de voluntariado realizada en Intress ha facilitado el desarrollo del programa de radio “Mejor Imposible” desde el inicio de la pandemia de COVID-19, uno de los diferentes programas de radio que Intress lleva realizando en Madrid desde hace más de 15 años en el Área de Salud Mental. Hoy queremos celebrar el Día Internacional del Voluntariado haciéndoos partícipes de una actividad muy hermosa que se lleva a cabo en uno de los CRPS de la Zona Centro, y lo vamos a hacer a través de la voz de su equipo de radio, cuyos programas llegan a los oídos y a los corazones de un número de oyentes cada día mayor. La pandemia cambió nuestro modo de vivir: nos confinó, nos arrebató a personas queridas, redujo o eliminó las relaciones sociales tan necesarias para el ser humano. Durante mucho tiempo, en las emisoras de radio y de televisión sólo aparecía el número de fallecidos, de contagiados, de enclaustrados en las UCIs; los lamentos de los comerciantes y profesionales en general que habían visto comprometido su puesto de trabajo; la angustia de las familias con su economía gravemente mermada… Las calles, vacías; los comercios, cerrados; las escasas personas que transitaban lo hacían embozadas, con la cabeza baja y la mirada perdida. Los ánimos entristecidos y la libertad comprometida no alcanzaban a mostrar cuándo llegaría el fin de esa terrible situación. El panorama internacional era tan o más desolador. La Tierra parecía sumergida en un mundo de tinieblas que dejaba a sus habitantes ciegos e impotentes. En medio de este panorama, un faro, encendido desde hace más de 10 años, no dejó que sus luces se apagaran, aunque su resplandor brillara tenuemente. Un grupo de mujeres y hombres, Isma, Chus, Iñaki, Belén, José Antonio, Mariví y Ángel José, usuarios del CRPS Villaverde de Madrid, Luis, usuario dado de alta del CRPS” Martínez Campos y voluntario de Intress, apoyados y supervisados por Camino y Miguel, trabajadores del centro, se cuestionó si debiera llevar adelante su programa. Por unanimidad, acordaron hacerlo y se “confabularon”, en el mejor de los sentidos, para seguir manteniendo viva esa llama, para que su fulgor llegara a las personas fieles seguidoras, animando sus días con las palabras adecuadas para alegrarles el corazón; con la música, que es la mejor de las medicinas para el espíritu: con charlas, informaciones, noticias y aportaciones de personas invitadas que trataran temas de interés para todos, que hablaran de libros, recitaran poemas, expresaran opiniones, sensaciones y sentimientos. En fin, determinaron continuar apoyando a sus radioescuchas en los momentos de soledad y abatimiento, arrancando una sonrisa de sus labios, alguna lágrima y, especialmente, transmitiéndoles la seguridad de que no estaban solos. Poco a poco esa luz se fue intensificando, haciéndose más viva y alegre. En los primeros tiempos de la pandemia era frágil y tímida. Los programas se hacían por los escasos medios que estaban al alcance de este equipo de radio: grabaciones de cada uno en audio, conexiones por Zoom salvando los escollos del retardo, recogida y ensamblaje de aportaciones… Trabajaron duramente y con ilusión para sortear los obstáculos de producción y emisión, pero ninguno desistió de aportar su granito de arena y se mantuvieron firmes, siempre adelante y con ánimo creciente, hasta culminar en un asombroso y singular programa emitido recientemente. En la actualidad y desde las últimas emisiones de antes del verano, las condiciones de trabajo se han ido dulcificando: ya pueden acudir al estudio, “encapsulados” por los ya conocidos paneles transparentes, aunque también, en algunos casos, siguen incluyéndose las participaciones a través del Zoom. El 8 de noviembre, tuve el privilegio de escuchar el programa “La música de nuestras vidas”. Previamente, nos habían invitado a todos los allegados, seguidores, amigos y amantes del programa a enviar mensajes de audio hablando de la canción que hubiera dejado una huella indeleble en nuestro recuerdo, y la razón del porqué así era. La intención era hacer una emisión dedicada a la expresión de nuestros sentimientos. Comencé a escucharlo y pude comprobar cómo todo mi ser se iba conmoviendo más y más con aquellas melodías y los comentarios que las precedían. Hoy, quiero compartir con vosotros algunos de los que más me impactaron: “A tu Lado, porque habla de comenzar de nuevo, de morir y resucitar en una misma vida muchas veces, porque al fin en la vida nos vamos a encontrar en mucho tipo de situaciones, pero es necesario saber enfrentarlas con alegría, con entusiasmo, con optimismo, luchar contra nuestros miedos, contra nuestros fantasmas, contra nuestros problemas y, sobre todo, resucitar”. “Vivir para Ganar porque, a pesar de todo lo que he padecido desde que era un niño, he nacido para ganar”. “La canción de Rocky nos habla de que todos tenemos un sueño que cumplir y no hay que tirar la toalla”. “Lágrimas en el Cielo, homenaje de Eric Clapton a su hijo fallecido, que es la expresión del amor que tiene un padre hacia sus hijos. A pesar del tema triste, es una canción que merece ser escuchada porque el autor pone todo su corazón, toda su alma cuando la interpreta”. “Esta canción que trata de las cosas bonitas que dicen los hombres a las mujeres, es motivo de recreo para mí cuando me apetece estar contento”. “Viva la Vida, porque es un himno, himno a la vida y cada vez que la escucho me da alegría, me da esperanza”. «Redemption Song, que habla de la esclavitud, porque todos, de alguna manera y algunas veces, la padecemos, física y emocionalmente.” “Sobreviviré, porque es una canción que me motiva seguir adelante, a levantarme, a mover los pies”. “Es la canción que siempre me ha animado en los malos tiempos.” “Con esta canción, que me da mucha vidilla y que me parece multicultural, me entran ganas de relacionarme con todos”. “La canción Respirar me ayuda a estar tranquila y relajada cuando los momentos no son muy buenos”. .… Y, así continuaba el programa, con canciones que iban directamente al corazón, expresando sentimientos, alegrías, esperanzas, deseos de superación… Imaginé varios subtítulos para este escrito: “El Rayo que no Cesa”, emulando a Miguel Hernández, porque este grupo de radio es rayo por la luz que irradia, y es rayo por su fuerza. También pensé en “Un faro en las Tinieblas”, porque para muchos es la antorcha que ilumina algunos momentos de sus días. Más adelante elegí “Caminos de Superación”, título de otro de los hermosos programas de este equipo que se me mostraba muy significativo, porque de eso es de lo que se trata: de ir siempre adelante y hacia arriba, venciendo nuestros miedos, salvando los obstáculos que se empeñan en matar nuestras esperanzas. No lo dudemos: vamos a conseguirlo.  GRUPO DE VOLUNTARIADO DE ZONA CENTRO   LinkavolC
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EL VOLUNTARIADO EN EL CRPS «VILLAVERDE» DE MADRID

El 30 de enero de 2017, en la Radio Comunitaria de Madrid, el magnífico programa “Mejor Imposible”, con un equipo formado por cuatro usuarios y una usuaria del CRPS” Villaverde”, un voluntario, usuario dado de alta, y dos educadores, realizó una entrevista a las personas que hacemos voluntariado en este centro. Transcribo sus palabras de introducción por considerar que no las voy a encontrar mejores, ni más sencillas y expresivas, ni emitidas con mayor sentimiento. “Ábrete a las relaciones humanas y déjate llevar” “En este magnífico programa hablamos del voluntariado social con un elenco de voluntarios que desempeñan diferentes labores de apoyo y que nos cuentan en primera persona qué hacen, qué les aporta ser voluntarios, etc. En total, son seis personas que nos describen sus motivaciones y nos transmiten sus experiencias en relación con el voluntariado. Luis, voluntario en radio; Carlos, voluntario como cuidador de plantas; Luis Javier, voluntario como guía cultural; Paz, voluntaria como logopeda; Juan, voluntario como entrenador de fútbol sala y Gema, voluntaria como profesora de informática. Todos ellos nos dan una lección de generosidad en la que descubrimos que ser voluntario no sale gratis, sino que al tiempo nos reporta una enorme satisfacción. Te invitamos a escuchar este estupendo programa. Esperamos que te guste”. El CRPS “Villaverde” se encuentra enclavado en un barrio popular de Madrid. Reúne todas las condiciones para que los que allí realizan o reciben las acciones terapéuticas, lo sientan como un segundo hogar. Igual sensación despierta en los voluntarios que allí acudimos. Fue el primer centro en solicitar a este recién nacido grupo de voluntariado, una persona que pudiera llevar a cabo el entrenamiento de su equipo de fútbol sala. Costó mucho, pero al fin lo conseguimos y estamos felices por ello. El pasado día 29 de octubre, nos reunimos bajo la convocatoria de Ángeles, directora del centro, para realizar en grupo la evaluación de las diversas acciones voluntarias llevadas a cabo durante el curso. Estas reuniones son siempre muy satisfactorias pues, aunque estén muy espaciadas en el tiempo, no por ello dejan de ser cordiales y fluidas. El factor común que caracteriza a estos voluntarios es una mirada luminosa y una sonrisa abierta durante toda la sesión. Sus palabras salen del corazón. Javier, arquitecto, usuario dado de alta, es nuestro guía cultural. Una vez al mes realiza una visita guiada por nuestro Madrid. Escuchémosle: “Llevo haciendo tres años, desde que estoy en el CRPS como voluntario, visitas guiadas. En ellas, algunas veces, era yo el monitor y en otras, lo era un profesional. Sobre todo, eran visitas al Madrid histórico. Las dos formas tienen su importancia. Era conocer Madrid, sus iglesias, catedrales, conventos… Sobre todo, me he centrado en los Austrias. Pero no sólo nuestras salidas han sido para ver monumentos, sino también para hacer actividades. Por ejemplo, en el museo ICO, en una exposición sobre arquitectura, la visita fue guiada por un profesional, no la llevaba yo. La verdad es que no hemos sido un grupo numeroso, pero, bueno, de la gente que ha ido, algunos han repetido y otros se han retirado. Tengo, como digo yo, los fijos a los que se les veía a gusto y contentos por lo que estaban haciendo. Hablaré de lo que sentía mientras llevábamos a cabo esta actividad que es para mí, la verdad, un reto. Las sensaciones han sido algunas veces positivas y otras con malestar. Hay que recordar que estamos en un centro para personas con enfermedad mental, y he tenido momentos malos, pero la estadística ha sido positiva. Por ejemplo, de las 39 visitas que hemos realizado el resultado medio siempre ha sido favorable. Ha habido días en que he tenido que dejarlo por malestar personal, pero lo he ido superando con ilusión y eso y, al final, ha salido la cosa bien. Respecto al tiempo de preparación de estas visitas guiadas, debo decir lo siguiente: ya he dicho que hay visitas con profesional, entonces ésas no me las preparaba, sólo los acompañaba al sitio. Pero, las que me preparaba yo, a lo mejor me he tirado un mes antes, no continuamente, un poco dándole a la cabeza, ocupado en ello, no muchas horas seguidas, pero sí frecuentemente. Al final acababa aprendiéndomelo. Y. luego, pasa lo siguiente: si algunas veces te preparas muy bien, muy bien, pero tienes el día malo, no te sale como tu quisieras. Pero en general, han salido bien. Está resultando muy satisfactorio hacerlo como voluntario, primero, como ya he dicho, ha sido un reto de contactar con los demás, hacer un grupo y llevarlo a cabo gozosamente. Ha habido muchos momentos gozosos. He notado cambios en mí realizando esta actividad, pues, la verdad es que me ha subido la auto estima. Dicen que la auto estima no debe ser ni muy alta ni muy baja. Si la tienes alta te puede producir complejo de superioridad y, si la tienes baja, de inferioridad. Tiene que ser la normal. Siento que he alcanzado ésta porque creo que ha habido más momentos positivos que negativos, así que la media es satisfactoria. A los voluntarios nos resulta muy satisfactorio ayudar, pero es que ayudar no es simplemente dar, es que también recibimos. Efectivamente, es que también se aprende de los demás. Siempre recibimos de ellos. Se aprende, pero, además, tienes una gratificación de sentirte a gusto contigo mismo. Ahora mismo he dado por finalizada esta colaboración voluntaria para emprender otra: este año tengo previsto hacer “Relajación y Bienestar”. En relajación tengo la experiencia en el CRPS de Vistalegre. Luego lo hice con Simon, que era el director de este CRPS antes que Ángeles, y después con Pilar, que era del CMS, Centro Madrid Salud, dos cursos con ella y fue una revelación en mi vida. Por eso voy a hacerlo en este CRPS durante el presente curso, y, además “bienestar”, con el método del psicólogo Santandreu de psicología cognitiva. En esta colaboración voy a tratar de abarcar los dos aspectos de la actividad: organizar y participar activamente en ella. Voy a organizar la relajación, que llevará 40 minutos o así. Eso queda un poco corto, desnudo. Entonces voy a reforzarlo con “bienestar”. Llevaré un libro, leeremos algún capítulo y luego comentaremos. Yo, como ha sido tan importante para mí, quiero que la gente lo conozca. Es una bonita labor como voluntario, hacer que la gente se sienta mejor. Sé que va a resultar satisfactorio para ellos y para mí. A la vez que enseño, aprendo más. Animo a la gente a que sea voluntaria porque se recibe más de lo que se da.” Luis, antiguo usuario del CRPS “Martínez Campos”, donde fue dado de alta hace ya cuatro años, es nuestro magnífico “hombre de la radio” que, junto con su equipo de compañeros, saca adelante el hermoso programa “Mejor Imposible” en la Radio Comunitaria. Estas son sus palabras; “Ser voluntario en este CRPS la verdad es que es muy bonito. Muy bonito porque aquí he participado como usuario dos años y ahora ya llevo 4 de voluntario y la verdad es que estoy feliz porque lo más importante es que compartimos experiencias y nos vale a todos. Intentamos llevar una dinámica de conocer cada vez más, no sólo de salud mental, sino, al ser un magazine, intentamos hablar de todos los temas y pasárnoslo bien. Hoy hemos tenido un equipo de baloncesto muy majete que han ganado el campeonato de España de discapacidad intelectual, por decirlo de alguna manera, o de diversidad funcional, pero, nada, que muy majetes todos sus integrantes y nos lo hemos pasado muy bien todos. Y, es muy bonito hacer esto porque… para mí cumple una necesidad, porque no valoro que pueda hacer una actividad mayor de trabajo. Con esto, la verdad es que me cuesta y me siento reconfortado, pero para mí es suficiente. Yo creo que cualquier cosa que haga de más ya lo pago y con esto me siento muy bien, me siento que puedo hacer algo, que puedo ser útil en algo. Dicen que se me da bien, pero yo creo que se les da bien a todos. La verdad es que es muy bonito: estás en contacto con personas del barrio, estás con gente…A mí es lo que más me gusta y la verdad es que me llena mucho. ¿Qué cómo lo reciben los oyentes? ¿Ah! Yo creo que muy bien porque nos cubrimos unos a otros y los que escuchan, bien. Dicen que tenemos que seguir, que es un programa muy necesario, que contamos cosas de las que no habla la gente habitualmente, que somos divertidos, que se ríen mucho con nosotros… Yo creo que a ellos sí les sirve, que lo mismo que cualquier persona tiene que tener una dinámica en rehabilitación psico-social, y afirmo que hay que tenerla, los de la radio, teniendo en cuenta también que unos días estamos mejor y otros peor, y los oyentes conseguimos una continuidad muy importante y unos hábitos que vamos incorporando a nuestra vida cotidiana. Hacer algo por algo por los demás de esa manera podríamos decir que es muy rentable porque, a la vez que intentas que los demás se sientan bien, tú también te siente bien. Es recíproco. Es una rueda que es muy bonito seguir. Es un dar y recibir totalmente hecho una piña.” Juan, el más joven del grupo, nuestro voluntario entrenador, policía municipal de profesión, habla ahora: “Soy entrenador del equipo de fútbol de los CRPSs “Los Cármenes” y “Villaverde” y mi colaboración consiste en estar en forma y hacer ganar a mi equipo en todos los partidos de la LIGASAME. Es un equipo muy concienciado que se esfuerza muchísimo, unos más, otros menos, pero por dedicación, esfuerzo y lucha no queda. El deporte ayuda mucho a los usuarios en su rehabilitación porque se crea mucha camaradería, mucha piña y, además, mientras se está jugando y, compitiendo, el resto de los asuntos se olvida. Entonces, se concentra mucho uno en lo que está haciendo y sólo busca el esfuerzo y el compañerismo con los que tiene alrededor. La LIGASAME también tiene unos torneos que se juegan fuera de Madrid. Los de nuestro equipo que han sido seleccionados tienen un nivel bastante alto para competir en esos torneos de equipos fuera de la liga. Éste es un equipo de sólo usuarios, aunque tenemos un voluntario incluido, porque yo considero que esto no es para lucirme. Tengo muchísima confianza en todos ellos. Sé cómo juegan, sé hasta dónde pueden dar y sé que lo hacen muy bien. Obviamente, es una liga muy difícil porque hay gente con muchísimo nivel, pero nosotros estamos compitiendo en todos los partidos con mucha fuerza, especialmente en el aspecto moral, aunque no olvidemos la técnica y la táctica, que no son menores. Desde que yo accedí a esta colaboración, el equipo está jugando más, está ganando más, y eso es una satisfacción para mí. Les meto caña, pero estoy muy a gusto con ellos y noto que también ellos lo están conmigo. No sólo jugamos al fútbol, sino que también hacemos diversos ejercicios de preparación que todos realizan con dedicación. Desde que estoy con ellos, empiezo a entender todas las cosas que antes no había podido ver. Por mi profesión me he relacionado con personas afectadas de enfermedad mental, pero es ahora cuando voy descubriendo lo que verdaderamente hay. Esta relación ha sido para mí muy positiva porque ha mejorado mucho el conocimiento y la comprensión de determinadas actitudes y conductas. Es como cuando te quitan un telón de los ojos y empiezas a ver con claridad, Todo el mundo te lo pone fatal, pero luego empiezas a ver que puedes tratar con uno, con otro… Cada uno tiene sus circunstancias, pero todo se puede llevar adelante. Soy policía municipal y lo que he notado de cambio en mí, después de conocer a estas personas, es haber conseguido comprender que, en determinados momentos, pueden estar muy tensas, pero que hay que tranquilizarlas y desangustiarlas porque no en todo su tiempo son así y no puedes acrecentar su tensión por una actuación que tengamos con ellas. Le diría a la gente que pierdan el miedo, que hay mucho desconocimiento sobre estas cosas. Así se eliminan los tabúes.” Carlos, nuestro voluntario jardinero, usuario dado de alta, nos dice: “Como voluntario ya llevo 4 años realizando esta colaboración, más ocho como usuario en el CRPS “Villaverde”. Me manejo bien en el cuidado de las plantas que tenemos en el centro. Se ve poco el trabajo, pero se aprecian mucho los resultados. Nuestro pequeño patio presenta un aspecto que alegra los ojos de quienes lo contemplan y, al tiempo, le da vida al local. El cuidado de las plantas tiene que ser muy frecuente y constante, en cualquier estación del año; mucho menor en invierno, donde sólo hay que estar atento a que estén protegidas de los rigores del frío y del viento. En el verano hay que cuidar del riego más frecuente y en la época de la poda no hay que olvidarse de hacerla. Hay que tener un tacto para anticiparse a la floración. Cuando ésta se produce, el aspecto del jardín cambia. Me siento que cuido de la parte sensible del CRPS. Voy dos días en semana. Yo las trabajo y ellas me lo agradecen. ¿Me preguntas por el cambio que he notado de hacer esta actividad como usuario al hacerlo ahora como voluntario, una vez obtenida el alta? Pues, me siento como si hubiera conseguido una meta: me premio con la contemplación de las plantas y con la satisfacción que me manifiesta el centro y los usuarios. Es una responsabilidad y, encima, me gusta. Me gusta vivir ese día a día. Aprendo más. ¡Ah! Se me olvidaba decir que realizo otra actividad que también nos produce mucha satisfacción: saco esquejes, los planto y hago regalos que son recibidos con mucha alegría.” A Paz, maestra logopeda, jubilada, voluntaria como coordinadora y en este centro como logopeda, le toca el turno: “Yo deseaba ser voluntaria, quería serlo. Cuando me llegó la jubilación, mi deseo era poder hacer algo por otras personas y me encontré con la grata sorpresa y la gran satisfacción de que, al tiempo que lo estoy haciendo, recibo y mucho, mucho. Me siento tan integrada dentro de los CRPSs, especialmente en éste, y con todas las personas con las que colaboro, y tan contenta, que me encuentro como en casa. Yo no esperaba nada a cambio, ni económico ni en especie. Los comienzos para implantar el voluntariado fueron difíciles, pero luego todo fluyó en una progresión geométrica. En este centro, en concreto, se me olvida que soy voluntaria, eres como una amiga más. El balance es muy positivo. Estoy feliz y, como dice Luis, las cifras en satisfacción no son contables. Hacer voluntariado es dar cariño y darlo de corazón. Considero que lo que es más importante en la vida son las relaciones humanas. No pensamos en que somos voluntarios porque lo tenemos tan incorporado a nuestras vidas, que lo vivimos con naturalidad. Nos sentimos compañeros tanto de las personas usuarias como de las trabajadoras. Pasa como en todo que, cuanto más lo conoces, más lo amas.” Como broche de oro, transcribimos las palabras de Ángeles, la directora del CRPS “Villaverde”: “Siempre he pensado que los servicios en los que trabajamos deben estar lo más abiertos posible a la comunidad, al entorno, y enriquecerse de todo lo que hay alrededor, con la firme convicción de que también la comunidad se enriquece. En este sentido, me parece que también tienen que estar abiertos al voluntariado. Entiendo a los voluntarios como personas que colaboran con otras aportando sus saberes y también llevándose lo que aprenden en ese encuentro con los otros. Pienso que los voluntarios tienen que ser personas críticas en el sentido de hacernos ver cosas que los demás no vemos, poner el foco y la visión en otros aspectos de nuestros servicios que, desde nuestro rol profesional y metidos en el día a día, nos pasan desapercibidos. Por ejemplo, lo que aportan las plantas al espacio, la fuerza de las relaciones y del apoyo entre las personas, recorrer la ciudad en compañía de otros, el poder del lenguaje y el habla en las relaciones con los demás, el fútbol como una manera de motivar el esfuerzo personal, cooperar y crear grupos… Todo esto, sin voluntarios, no lo habríamos descubierto. Muchas gracias por lo que nos dais y, por favor, seguid haciéndonos ver lo que no vemos”.

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