8M: Dia Internacional de las Mujeres
El pasado viernes 3 de marzo tuvimos el placer de recibir la visita de Aïcha Ech Chenna, activista marroquí y fundadora de la Asociación Solidaridad Femenina (AFS) en Casablanca (Marruecos) que trabaja en favor de los derechos de las mujeres, sobre todo madres solteras y víctimas de abusos.
Esta trabajadora social, que empezó a ejercer en los años 60, dice tener un “corazón musulmán con una mente secular”. Bajo esta premisa ha liderado un movimiento de trabajo en áreas sujetas a tabúes sociales y religiosos, como la planificación familiar, el estatus de las madres solteras y sus hijos e hijas o el de las víctimas de incesto. Recibe críticas y amenazas regulares de las clases más conservadoras de su país que la acusan de legitimar un comportamiento inmoral, pero esto no le ha impedido seguir adelante en su lucha por garantizar los derechos y el futuro de las mujeres más desfavorecidas.
Tal y como nos explica se trata de fomentar un “proceso de HABLA”, sacar el tema a la palestra para empoderar a las mujeres. Por ejemplo, nos cuenta que acude de manera regular a la Universidad de Casablanca para charlar con las chicas sobre la posibilidad de mantener relaciones con sus chicos, “okay, está bien; pero sed vosotras quien establezcáis las condiciones”.
Aïcha Ech Chenna conoce bien el problema. Desde 1985, ASF da cobijo a mujeres repudiadas por sus familias, madres solteras que de repente se han quedado sin red. El objetivo principal, nos dice, “es que no tengan que abandonar a su hijo o hija”. Durante dos tres años están en la asociación para trabajar dos aspectos: independencia económica y la autoestima. A través de formación profesional en el restaurante/ servicio de catering y el spa las mujeres se capacitan y emprenden un nuevo camino.
Pero como ella misma recalca no se trata sólo de la atención a estas mujeres, su compromiso social va más allá. Obviamente no cuentan con el apoyo del gobierno y cambiar las leyes para que las situaciones de abuso no se perpetúen es casi una quimera. Su objetivo es “ganar la batalla de las opiniones”. Chenna nos cuenta una vivencia personal reciente para ejemplificarlo. Un hombre acude a ella para que medie con la familia de su novia, la cual está embarazada. La familia ni tan siquiera deja entrar a Chenna en su casa, para ellos la vergüenza de que la joven se haya quedado embarazada es tan grande, que a pesar de que el novio se quiere hacer cargo la repudian.
Queda mucho trabajo por hacer. “He visitado muchos países y el problema siempre es el mismo, a pesar de que pueda haber leyes más progresistas como en Canadá, Estados Unidos o Francia necesitamos tomar conciencia y seguir sensibilizando para fortalecer la figura de la mujer”.