Me llamo Miguel Ángel Manchado. Trabajo como educador social en Intress desde el año 2002 y actualmente formo parte del equipo del Centro de Rehabilitación Psicosocial de Villaverde en el que apoyamos la recuperación de personas con trastorno mental grave.
Hace unos años, desde el CRPS Villaverde hemos querido profundizar en la participación social como una estrategia de recuperación de las personas con trastorno mental. Uno de los vértices de esta estrategia es la participación digital.
En particular, quien os escribe hoy, eligió formarse específicamente en cuestiones digitales para favorecer esta estrategia y de aquí surgió la idea de conocer mejor en qué punto nos encontramos todos implicados, personas atendidas y profesionales.
Para ello, una de las acciones que decidí realizar fue una revisión bibliografica y una encuesta apoyada por el Coordinador técnico de la Red de Recursos de Atención Social a Personas con Trastorno Mental de la Comunidad de Madrid, sobre el grado de inclusión digital, así como la forma en la que lo abordamos en los servicios de rehabilitación psicosocial de la Comunidad de Madrid.
Surgieron muchas preguntas a las que pretendí dar algo de luz.
- ¿Hasta qué punto “estar en internet” supone una nueva forma de participar en la sociedad?
- Si los ciudadan@s no acceden a internet ¿quedan excluidos de la sociedad?
- ¿Para qué nos sirve internet?¿Es un escaparate o un espacio de inteligencia colectiva?
- ¿Puede acceder a internet toda la población por igual?
- ¿Cómo afecta todo esto a los colectivos en situación de vulnerabilidad social? y, en concreto,
- ¿Cómo usan internet las personas con trastorno mental atendidas en los centros de rehabilitación psicosocial de la Comunidad de Madrid y cómo se fomenta en estos servicios acciones de alfabetización digital?
El 70,8% de la población mundial no tiene acceso a internet. España aparece en el puesto 17 en implementación de nuevas tecnologias entre los 28 países de la Unión Europea. Es por este motivo que he querido profundizar en la exclusión digital que afecta a los colectivos vulnerables y desfavorecidos, poniendo atención especial en las personas con trastorno mental, por ser el sector de intervención social en el que actualmente desempeño mi labor profesional y en el que pongo parte de mis esfuerzos a realizar formaciones digitales que eviten la exclusión digital.
En el artículo se otorga una importancia central a la necesidad de una alfabetización digital e informacional para todas las personas resaltando como absolutamente esencial, que el uso de internet se realice desde una visión crítica, consciente, útil y responsable de las tecnologías de la información y comunicación. Esto permite descubrir que internet no sólo no es neutral desde el punto de vista socioeconómico y que conlleva riesgos que deben ser conocidos, sino también, que posee un enorme potencial comunicativo que puede desarrollar nuevas formas de participación social.