Entrevista a Virginia Llamazares, directora del Servicio de Atención a Domicilio.
“APORTAR CALIDAD A LA VIDA DE LAS PERSONAS ES UNO DE LOS TRABAJOS MÁS BONITOS.”
Empezó en Intress en 2010 como directora del Centro de Día de Bunyola (Mallorca). Fue entonces cuando despertó completamente su vena social e inició sus estudios en Trabajo Social. Su trayectoria profesional en el ámbito de las personas mayores se remonta a 2007 cuando trabajó de fisioterapeuta en una residencia.
En la actualidad es directora del Servicio de Atención a Domicilio (SAD) de Intress en Palma que puso en marcha desde cero en octubre del 2021. Virginia es diplomada en Fisioterapia, graduada en Trabajo Social y cuenta con un postgrado de Dirección y Gestión de Centros y Servicios para la Dependencia. En 2021 publicó un artículo en el Anuario de Envejecimiento de las Islas Baleares en el que plasmó su trabajo de fin de grado sobre los centros de día gestionados por Intress con el Modelo de Atención Integral Centrado en la Persona (AICP).
Antes de entrar en materia, ¿nos puedes explicar en qué consiste el SAD? ¿Cómo os organizáis y en qué territorios trabajáis?
El Servicio de Atención a Domicilio empezó en octubre del 2021 como un nuevo reto para Intress, una apuesta por el futuro de los servicios que atienden a personas mayores. Nosotras trabajamos en el territorio de la ciudad de Palma y nos organizamos en cinco zonas: Llevant Sud, Litoral, Llevant Nord, Estacions y Mestral. El Servicio de Atención a Domicilio consiste en todas las intervenciones que realizan las trabajadoras familiares en el domicilio de la persona atendida y van dirigidas a mantener a dichas personas en su domicilio el mayor tiempo posible, proporcionándole la autonomía necesaria para ello. Las tareas van desde la parte más asistencial, por ejemplo, higienes y duchas, a la parte más comunitaria, donde existen toda una serie de actividades como acompañamientos al banco, preparación de comida, pequeñas tareas domésticas, compras, paseos, terapias o algún ejercicio, ya sea a nivel cognitivo o físico.
El servicio es de lunes a domingo durante todos los días del año y atendemos a personas con un grado de dependencia reconocido o que se encuentran en una situación vulnerable y necesitan apoyo en su domicilio.
Y dentro de vuestro trabajo del día a día, ¿qué es lo que os da más satisfacciones?
El SAD es muy complejo por la magnitud de personas usuarias y por el gran número de trabajadoras del servicio. Lo más bonito es saber que cada día llevamos alegría a los hogares y que ayudamos a cubrir esas necesidades que requieren las personas que atendemos. Muchas de ellas, la única visita que reciben es la de nuestras trabajadoras. Con nuestro servicio conseguimos mejorar su calidad de vida y, sobre todo, que sean un poco más felices.
Quiero destacar la magnífica labor, trabajo e infinita paciencia que tienen las trabajadoras sociales, que hacen que todo salga adelante y tenga un orden. Como dije antes, la capacidad de organización y gestión en este servicio tiene que ser muy precisa y el margen de error es muy pequeño, ya que cada usuario nos espera a la hora acordada y no podemos dejarle sin servicio, esto requiere tener un conocimiento muy alto de lo que es el servicio de ayuda a domicilio y no todo el mundo es capaz de soportar ese nivel de estrés.
Y, por supuesto el trabajo de las trabajadoras familiares, ellas son las que se enfrentan a todo tipo de situaciones, las que realizan el trabajo diario, las que transmiten nuestra forma de hacer, de atender y acompañar, y siempre con una sonrisa. Su trabajo es admirable.
¿Cuáles son las dos o tres características esenciales que debe tener una trabajadora familiar?
Lo más importante es que tengan empatía y que les guste lo que hacen. No es solo un trabajo para tener un sueldo a final de mes, se debe tener una parte humana muy desarrollada y en la cual entiendan que su forma de trabajar va a repercutir directamente en las personas que estamos atendiendo. Actualmente, el perfil que busco es el de una persona empática, que se implique y que quiera trabajar en equipo.
Un perfil que funciona mucho es el de personas que no han trabajado nunca en este ámbito y que en un momento de su vida han querido dar un giro, y al venir a nuestro sector valoran mucho el trabajo humano y se sienten especialmente realizadas porque ven que su trabajo sirve para algo. Aportar calidad a la vida de las personas es uno de los trabajos más bonitos.
En tu caso, ¿qué sientes que has aportado en el SAD?
Creo que lo que he aportado es mi capacidad de organización y de crear equipo. Soy una persona que dirijo, pero que me gusta que la gente tome sus decisiones y que cada una pueda aportar su esencia. Yo estoy para apoyar en el camino y creo en la profesionalidad de cada trabajadora.
Somos un gran equipo, vamos todas en la misma dirección. Y dejando la esencia de Intress en nuestra forma de atender.
Las personas atendidas, ¿qué es lo que más valoran de vuestro tiempo con ellas?
La frase más común en las personas que atendemos: “Desde que viene X a casa, he vuelto a tener alegría.” La trabajadora familiar consigue cosas en los domicilios que a lo mejor ni los hijos, hijas o familiares más directos han conseguido. Y eso les da una estabilidad, un saber que van a estar cuidados todos los días es esencial en personas que, por el momento que están viviendo, se pueden sentir frágiles. A todos nos gusta que nos cuiden.
Cuando necesitamos ayuda, poder contar con alguien nos da tranquilidad y calidad de vida. Y no son cosas grandes. Puede ser hacer la lista de la compra, ir al supermercado y hablar de cualquier tema. Son las pequeñas cosas del día a día las que hacen que la persona esté alegre y contenta… Eso es lo que más valoran.
Desde que empezaste en Intress en 2010 en el Centro de Día de Bunyola, ¿has visto alguna evolución en los servicios que se prestan? ¿Y en concreto en el SAD?
He visto una evolución porque ha habido un cambio en el modelo de atención que es con el que trabaja Intress: el Modelo de Atención Integral Centrado en la Persona. Cambia la visión de los profesionales en la forma de atender. Evoluciona a mejor. Trabajamos desde el acompañamiento y dándole valor a la persona mayor. Sí que he visto que a nivel de sociedad hay una intención de mejorar la calidad y la forma de atender a las personas.
En el SAD, la visión del servicio ha cambiado. Ya no nos ven como “las chicas que van a duchar”, se entiende el servicio como un todo con el que se pueden cubrir todas las necesidades de la persona. Una atención integral.
Para mejorar esta situación que comentas, tanto a nivel individual y familiar como a nivel educativo, institución, empresa, ¿qué se puede hacer?
A nivel individual y familiar, de la misma forma que nos preparamos para un trabajo, una afición, un deporte o una situación difícil, también tendríamos que prepararnos para envejecer. Y no nos preparamos. No pensamos que la etapa de la vejez sea importante. Y lo es. Nos jubilamos a los 65-67 años y no pensamos que seguiremos siendo nosotros mismos, con las mismas inquietudes o con nuevas, pero desde un cuerpo envejecido del que tenemos que comprender y entender que esa nueva etapa puede, y es, igual de importante y gratificante que las anteriores, y nos va a dar nuevas vivencias con las que sentirnos vivos.
¿Qué te ha enseñado tu profesión que quieras compartir con las personas que lean la entrevista?
Mi profesión me ha enseñado a escuchar más y a no juzgar. Eso en positivo. Y en negativo, me ha enseñado que las personas somos muy complicadas. Y que a veces la sociedad es muy cruel. Necesitamos mejorar a nivel colectivo.
Desde que trabajo en el ámbito social, veo y vivo de diferente manera. Lo material no te lo vas a llevar a ningún lado. Al final, lo que importa, es la calidad de los momentos y la esencia de la gente buena. Después de trabajar tanto tiempo con personas, en mi caso mayores y con problemáticas y con situaciones de vulnerabilidad, lo importante es esa sonrisa, ese momento de una terraza, un rayo de sol y una risa. Esos momentos son los que importan y mi trabajo me ha enseñado a ponerlo en valor.
Está claro que las personas, si todo va bien, nos haremos mayores… ¿Crees que las personas mayores sufren discriminación por su edad? ¿Qué hacéis para empoderarlas?
Por supuesto que sufren discriminación por la edad. Y en especial las personas mayores que tienen dependencia. Les prohíben decidir. Anulan su capacidad de decisión. ¿Qué hacemos nosotros? Les damos toda la autonomía. No solo física, también de decisión. Las empoderamos para que ellos y ellas tomen sus decisiones.
Un ejemplo. Cuando estaba en el centro de día, había personas diabéticas que querían comer un trozo de tarta de chocolate. Yo sabía que no podían y se lo comentaba. Pero, al final, la decisión era suya. ¿Cómo le voy a decir a una persona de 85 años que no se coma un trozo de tarta? ¿Quién soy yo para eso? Pues si ella quiere comerse un trozo de tarta, ya sabe que es diabética… lleva 85 años siéndolo. Y hablamos de un trozo de tarta… ya no te digo cuando se trata de dónde tengo que vivir, qué me pongo para vestir, qué debo hacer con mi dinero…
En nuestros servicios las acompañamos y las empoderamos. Y sus decisiones son las que son. Que la persona sea autónoma no solo en moverse, también en la toma de decisiones.
¿Recomiendas algún libro, escritor/a, película, documental, artículo que consideres imprescindible para comprender la problemática?
Hay un libro que recomiendo mucho que se titula Yo, vieja de Anna Freixas. Es un canto al envejecimiento libre y con derechos desde una mirada feminista. Por otro lado, también recomiendo una película muy divertida que es El Becario de Nancy Meyers con Robert De Niro y Anne Hathaway.
Y para acabar, ¿nos podría hablar de algún referente en el ámbito de las personas mayores?
Nuestros referentes en geriatría son Matia Instituto. En su web comparten muchísimo material para profesionales y familiares y, sobre todo, para cómo afrontar el envejecimiento tanto a nivel individual como a nivel comunitario.
Test personal:
¿Mar o montaña? Mar
¿Perros o gatos? Perros
¿Qué querías ser de mayor cuando eras niña? Abogada
¿Con qué personaje histórico cenarías? Juana la Loca
¿Qué cambiarías en el mundo? Uff… No tendría tiempo ni en 100 vidas de cambiar todo lo que me gustaría.
¿Qué superpoder querrías tener? El de la Teletransportación
¿Cuál es tu plato favorito? Los huevos con patatas en cualquier forma
Una película: Intocable
Un hobbie: La fotografía
Juguete favorito: Los juguetes de playa para hacer castillos en la arena
Un o una referente: Mi padre
Una ciudad: Palma
Una canción: Cuando el mar te tenga de El Último de la Fila
Defínete, en una palabra: No te lo voy a definir en una palabra. Te voy a decir lo me dijo una vez una persona: “Tienes el poder de hacerte querer por los que te rodean.”