La profesora de ética de la Universidad de Vic hizo su ponencia ‘La grandeza de la pequeñez’ alrededor de la ética y el cuidado del otro, poniendo en el centro de la atención a los pequeños detalles del día a día.
El Palacio de Congresos, La Llotja de Lleida, fue el escenario para presentar un tema clave en todos los servicios que implica la atención centrada en la persona y poder abrir el debate sobre la ética aplicada en el cuidado de las personas atendidas .
Poner en el centro la ética significa que cada día, en el cuidado de las personas, es importante cómo lo hacemos y que queremos hacerlo mejor cada vez y por ello, haremos reflexión y dos acciones muy importantes, según nos cuenta Ester Busquets: “Hay que parar, detenerse un momento y ver dónde estamos y hacia dónde queremos ir. Y luego, hay que tomar distancia porque sino, no podremos ver con nitidez lo que estamos haciendo“.
Cuando hablamos de la atención a las personas, ya sean personas mayores, niños, personas con alguna dificultad física o cognitiva, hay que analizar críticamente y racionalmente las acciones que estamos llevando a cabo; ¿lo hacemos todo lo mejor que podemos?¿ Estamos respetando la persona y como quisiera ella que hiciéramos las cosas? Y una vez hemos reflexionado después de nuestra parada, como está Ester Busquets: “Hay que volver a la realidad para seguir y aplicar acciones de mejora“.
La profesora de filosofía y ética de la Universidad de Vic puso especial atención al ejemplo surgido de la novela del escritor ruso, Léon Tolstoi, ‘La Muerte de Ivan Ilich‘. En esta obra, tanto filosófica como literaria, se habla de cómo Guerassim, uno de los mozos de la casa que cuida al acomodada y burgués Ivan Ilich, lo cuida y lo acompaña hasta su muerte teniendo en cuenta pequeños detalles del día a día, que hacen que el entonces su dueño, tenga una muerte digna y sea respetado hasta el último aliento.
Este texto dio nombre a la conferencia, ‘La grandeza de la pequeñez’ y de él podemos extraer las pautas clave para seguir con una mirada ética, todo lo que rodea la atención centrada en la persona. Los puntos clave de este cuidado son:
– La disponibilidad para con el otro
– La paciencia
– La comprensión, en cada uno de los momentos en que se pueda encontrar la persona atendida
– La afabilidad
– La alegría: “No la risa para reír, sino está alegre porque forma parte del talante del cuidador y cuidadora“, nos remarcaba Busquets.
Llegados al final de la ponencia, salen aún temas de interés, como que los profesionales deben serlo porque están preparados y tienen las competencias necesarias y porque, sobre todo, creen en este modelo fuera del papel y están convencidos de que hay que ponerlo en práctica. Cuando se trabaja con personas, cada pequeño detalle cuenta para cambiar el ambiente de trabajo, o en estos casos con personas mayores, una residencia o centro de día. Asimismo, la forma en que se hace la intervención puede llegar a transformar la salud y el estado de ánimo del otro. Y en cada caso, tendremos que estar atentos a cómo nos recibe la otra persona, dejarla participar de su cuidado y escucharla.
Para finalizar la mañana de presentación, se abrió un turno de palabra donde se pudieron palpar las preocupaciones de los y las profesionales que atienden a personas: ¿cómo se deben cuidar ellas? ¿Cómo actuar en los casos que la atención a la persona atendida se contraponga con lo que piensan los familiares o el entorno? ¿Cómo podemos ser fieles a un modelo centrado en la persona si los centros no se flexibilizan en cuanto a horarios o la atención personalizada en cada caso?
Dudas y percepciones que María Coll, responsable del área de personas mayores de Intress, resumió poniendo en valor que este modelo ya se puede vivir en la realidad en los centros de mayores que gestiona la entidad: “Una de las vivencias más claras que me marcó en la vida es cuando una mujer con Alzheimer avanzado de una de las Notro residencias me encontró y me dijo ‘no se quien eres, pero se que te quiero’. Y aquí entendí que esta atención personal, tratando a las personas de manera individual y atendiendo a sus necesidades particulares, es lo que marca la diferencia cuando tratamos con personas “.
Cuidar es una acción bidireccional, cuidamos y nos cuidan, damos y recibimos, y en eso coincidieron todos y todas las profesionales que vinieron a la presentación; y es que con los pequeños gestos de cada día es como se puede transformar la realidad del mundo, y al mismo tiempo, transformar la propia vida.