Al abrirse las puertas del CRPS “Villaverde” , situado en un barrio de Madrid, la mirada del visitante se ve atrapada por el verde de las plantas y el policromado de sus flores, alegres y brillantes al atrapar la luz del sol. Crecen en un pequeño patio interior, irguiéndose altivas como para darte la bienvenida. El artífice de esta pequeña joya es un voluntario de Intress, Carlos, que antes fue usuario del centro y se benefició de los cursos y terapias que se impartan en él. Nos recibe en la puerta, enmarcado por el vergel, con su cálida y abierta sonrisa y el refulgir de su mirada cordial y bondadosa.
¡Buenos días! ¿Quieres decirnos tu nombre para que te conozcan nuestros lectores?
¡Buenos días! Me llamo Carlos Errejón Sánchez.
¿Qué es lo que estás haciendo aquí?
Ahora mismo estoy como voluntario, ya llevo dos años. No obstante, he estado seis años – el límite de tiempo que podemos estar las personas con problemas de salud mental en este centro- en el Centro de Rehabilitación Psicosocial haciendo diferentes actividades.
Si, pero antes de ser voluntario también cuidabas las plantas. ¿Cuánto tiempo llevabas haciéndolo?
Desde que entré en este centro
¡O sea, que llevas casi ocho años!
O algo más. Seis como persona atendida y los que llevo de voluntario.
¿Por qué cuando te dieron el alta no dijiste “Hale, pues me voy a mi casa o a otro sitio que elija”?
No lo hice porque de momento vi que no tenía otra alternativa, ya que por ahora no puedo trabajar, quería seguir activo.
Y, ¿por qué has elegido ser voluntario aquí, en tu centro?
Para mí, realizar esta actividad de jardinería, que ya conozco bien y amo, es una vía de escape. Se me ha brindado esta posibilidad y con el trabajo que hago, me siento reconocido.
¿Por qué has elegido cuidar las plantas?
Porqué he vivido en el campo y tengo experiencia con animales y plantas, desde niño, ya sabía de jardinería y de trabajos del campo. No obstante, nos fuimos del campo y vinimos a vivir cerca de Madrid, en el Barrio del Espinillo, hace veintitrés años ya. El nuevo barrio era muy bonito, era todo nuevo, las casas, las tiendas, los parques… pero claro, yo estaba sin ninguna ocupación.
Y, sin tu campo.
Sin mi campo. Entonces me decía que necesitaba hacer algún cursillo o cualquier otra cosa que tuviera relación. En ese momento se convocaron unos cursillos en la Comunidad de Madrid y uno de los que cursé fue sobre jardinería. Con la experiencia que ya tenía des de pequeño y lo que aprendí durante el curso, me di cuenta que ya podía manejarme bien en este mundo.
Cuando llegaste aquí, ¿te ofreciste tú a realizar esa actividad o te lo pidieron?
Me preguntaron “¿Sabes de plantas?”. Yo les contesté que algo sabía y desde entonces estoy cuidándolas.
¿Cómo estaba el jardín al principio? ¿Cómo lo encontraste?
El jardín no estaba mal. Como el centro era nuevo, quisieron mejorarlo y me dijeron: “Carlos, ponlo bonito”. Yo procuraba encontrar plantas, sobre todo de temporada, para ponerlo bien y que lucieran las plantas con las flores. Desde entonces hasta ahora las hay que han crecido mucho y que son muy grandes.
Tendrás que realizar muchas labores para que las plantas estén así de bonitas.
Requieren un mantenimiento, tanto de riego, como de abono, de poda… ah y, sobre todo, hay que saber tratarlas. Si veo una planta con una hoja amarilla, me doy cuenta de que le estoy echando más agua de la que necesita y tengo que podarla para quitar esas hojas marchitas.
O sea, que te lleva mucho tiempo.
¡Mucho! Pero hay plantas que no necesitan tantos cuidados.
Yo creo que las plantas no responden por igual a todo el mundo.
Las plantas requieren que quien las cuide tenga algo de bondad y sentimiento hacia ellas, ya que también son seres vivos y saben la mano que las ha tocado.
¡Vamos, que te reconocen!
¡Sí, si! Yo, cuando entro al jardín, les digo “Ya estoy aquí”. Les hablo porque es bueno hacerlo. Incluso les gusta también la música. Antes se decía que les gustaba la música clásica. Pero, no. Les puedes poner heavy y ellas lo agradecen.
¡Es bueno saberlo! Y, ¿cuánto tiempo les dedicas a la semana o al mes?
En invierno, como las tengo cubiertas con un plástico, más que nada para que no se hielen, no requieren tanto cuidado porque la humedad se mantiene durante más tiempo. Están dormidas y hasta la primavera no despiertan. El patio interior donde se encuentran las plantas que cuido es muy frío y, con el efecto invernadero que tiene el plástico, la tierra se mantiene húmeda y no se hiela, factor que sería muy perjudicial para ellas.
El poquito sol que puede darles las mantiene bien, taparlas con plásticos es bueno tanto en invierno como en verano. Las plantas son nostálgicas, en otoño presienten que viene el invierno, que vienen los fríos y saben prepararse. Algunas de ellas, las que son de hoja caduca, las pierden, al contrario que las perennes.
A las plantas hay que quererlas y nunca hacerles daño. Además de cuidar las plantas, también dedico un tiempo a obtener semillas, esquejes, abono y tiestos. Voy buscando aquellos lugares donde el precio es más económico.
¿Qué sentimientos despiertan en ti las plantas?
Son tan débiles los sentimientos que producen ellas que tienes que meterte en su mundo para percibirlos. Ellas te los ofrecen y, si estás a su cuidado, te reconocen.
Está claro que los sentimientos de las plantas son débiles, pero ¿cuáles son los que se despiertan en ti cuando estás con ellas?
Yo a las plantas les cuento mis problemas. A su lado me encuentro más calmado, más sereno. Las palabras que mejor lo expresan es que las amo. Cuidándolas me siento más tranquilo y mejor.
Además, ¿qué crees que son las plantas para todos los que vienen al CRPS y las ven? ¿Qué crees que despiertan en ellos?
El personal del centro y los visitantes las aprecian, como aprecian mi labor en el cuidado del jardín. Todos me dicen “Carlos, qué bonitas tienes las plantas”, y eso me produce mucha satisfacción. Unas plantas bien cuidadas son un regalo para la vista. Yo las aconsejo porque son terapéuticas también. Quiero decirles a las personas que están impedidas para salir de casa que, si no pueden tener un animal de compañía, que se rodeen de ellas. Aunque no puedan cuidarlas por su falta de movilidad y tengan que recurrir a otros para que lo hagan, el contemplarlas les alegrará el ánimo.
A mí me parece que esta actividad que estás realizando como voluntario es una buena acción, no sólo para las plantas, sino también para los compañeros.
Como voluntario, estoy cuidando las plantas para que las personas que las contemplen puedan disfrutarlas. Yo también siento esta alegría y me satisface hacerlos felices durante unos momentos.
Este es Carlos, nuestro voluntario, usuario dado de alta y esta es parte de su historia de los últimos años. Una historia de entusiasmo y superación, de claridad de objetivos y generosidad, que es un ejemplo para todos.
Día Internacional del Voluntariado, 5 de diciembre de 2018