El 78% de les personas excarceladas atendidas por el Servicio de Acompañamiento Pos-penitenciario de Intress siguen vinculadas al servicio un año después, hecho que demuestra la eficacia del programa y su buena acogida entre los excarcelados catalanes. Así se recoge en la memoria publicada hoy por el Instituto de Trabajo Social y Servicios Sociales, Intress, en el primer año de funcionamiento del Servicio de Acompañamiento Pos-penitenciario, un programa que pretende proporcionar oportunidades y apoyo a las personas que son excarceladas en una situación de especial vulnerabilidad.
Con el apoyo del Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalunya, el Servicio de Acompañamiento Pos-penitenciario de Intress nació en septiembre de 2015 con un programa piloto para actuar en pro de la disminución de la reincidencia, así como a favor de la reinserción en todos aquellos casos en que la persona es excarcelada sin haber pasado por un mecanismo de transición, especialmente en los casos de personas exentas de red socio-familiar de acogida que pueda acompañar en el proceso de transición a la libertad.
Según se recoge en la memoria, existe una gran diferencia de género entre los presos atendidos por el servicio de Intress durante el 2016 -un 87% fueron hombres y un 13% mujeres-, unas cifras que se encuentran en coherencia con los servicios de justicia en general, donde la población masculina siempre es superior a la femenina. No obstante, el porcentaje de mujeres derivadas al servicio es 6 puntos superior a la mediana de mujeres internas y es que, según datos del año 2015, la población penitenciaria a Cataluña era de 8.810 internos, de los cuales un 7% eran mujeres y un 93% hombres. El motivo por cual el porcentaje de mujeres derivadas al servicio de Intress es 6 puntos superior a la mediana de mujeres internas por ser un indicador, según el documento, de que las mujeres que salen en libertad lo hacen con mayor vulnerabilidad o falta de apoyo.
Perfil de les personas atendidas y tipologias delictivas
En el transcurso del primer año del programa piloto, el servicio ha atendido a 32 personas, el 63% de les cuales había cometido delitos de violencia en el ámbito del hogar. En estos casos, confluyen diversas cuestiones en la salida del centro penitenciario: relaciones familiares deterioradas o inexistentes a la salida; falta de posibilidades de acceso al domicilio, ya que no pueden volver al domicilio familiar; ruptura en la relación con los hijos y, en algunos casos, presencia de factores de riesgo que hay que seguir trabajando durante los meses posteriores a la salida. Las tipologías delictivas más frecuentes la conforman los delitos contra la propiedad, con un 28%, seguido de los delitos contra la salud pública (6%) y delitos sexuales (3%).
En términos de edad, la media d’edad de la población penitenciaria en Cataluña es de 38,1 años, franja que se corresponde con la franja de edad -entre los 36 i 45 años- que más atendió el servicio de Intress entre enero y diciembre del 2016, representando el 31% de les personas atendidas. Las siguientes franjas más atendidas fueron de los 26 a los 35 años (25% del total), de 45-55 años (19%) y de los 18-25 (16%), mientras que la franja entre els 56 y 65 representaron un 6% del total y los mayores de 65 años fueron solo un 3%.
La media de estancia de los presos catalanes de los penados excarcelado se sitúa en 750 días, aproximadamente 2 años. En esta línea, durante el 2016 el Servicio Pos-penitenciario de Intress atendió, en un 59% de los casos, a personas que van a estar encarceladas entre 1 y 5 años, mientras que las estancias de más de 5 años van a corresponder al 25% de los casos y las estancias de menos de un año, al 16%. Según el informe, las personas que han pasado más tiempo al Centro Penitenciario son las que probablemente tendrán una red de acogida a la salida más deteriorada y también serán las que, como consecuencia de la institucionalizan, contaran con una mayor dificultad por desarrollar su vida de forma autónoma.